La Nintendo Wii recibió, con Little King’s Story, uno de los títulos más sorpresivos del año, que escondía una jugabilidad adictiva detrás de un argumento cómico que se ríe de sí mismo y de un planteamiento gráfico que parecía apuntar exactamente hacia el lado opuesto.
Y es que a primera vista, Little King’s Story parece estar orientado a los niños, a los jugadores casuales que tanto disfrutan de la Nintendo Wii, algo que a poco de comenzar a jugar descubrimos que no es tan así, sino que las posibilidades de un verdadero desafío, con dificultad creciente a medida que nuestros personajes van evolucionando y creciendo, están presentes en esta joya de GRIN (los mismos que crearon el fabuloso Hotel Dusk para Nintendo DS).
El apartado sonoro, desde los cómicos dialectos de los habitantes de los distintos puntos del reino, hasta las melodías arregladas de diferentes clásicos como Beethoven, Bach o Tchaikovski, son de lo mejor que se ha oído en la Wii, ya que crean una armonía inusitada entre las situaciones que acontecen y nuestros actos. Además, agregado al aspecto gráfico que parece sacado de las ilustraciones de los clásicos de la literatura infantil, hacen a un ambiente mágico en cada uno de sus rincones, pese a que el sentido del humor no deja de estar presente, ácido y siempre guiando la historia.
Nuestro joven rey deberá salvar princesas, enviar a sus súbditos a trabajar, a combatir y a explorar, y en las relaciones que entable con sus ministros y los habitantes del reino encontraremos diferentes chistes, situaciones que servirán como detonante a alguna crítica social, encubierta pero lo suficientemente explícita para hacernos saltar una carcajada y una reflexión.
El aspecto estratégico del juego, el control de las tropas, la asignación de tareas y la gestión del reino, son solo una pequeña parte de lo entretenido del reino de Alpoko, que nos invita a conocer sus más recónditos parajes mientras disfrutamos de una aventura con todas las letras, uno de los juegos más originales del catálogo de Wii, que no debe engañar con su aspecto infantil (por cierto, poseedor de una calidad gráfica muy superior a la de la media de los títulos en Wii).