Infinidad de veces en este sitio hemos hecho alusión a videojuegos basados en películas y viceversa. Es una realidad concreta, desde hace ya una buena cantidad de años, que la industria de los videojuegos y la cinematográfica se llevan muy bien entre sí. Pero a pesar de esta estrecha relación, hay reconocidos críticos del denominado séptimo arte que se niegan a aceptar esta vinculación. Uno de los últimos que se refirió al tema ha sido Roger Ebert, quien sentenció que los videojuegos de ninguna manera pueden ser considerados como arte.
Para aquellos que no lo conozcan, vale decir que Ebert es uno de los críticos de cine más reconocidos a nivel universal. De hecho, ha sido el primero entre los suyos en recibir el prestigioso premio Pulitzer, allá por 1975. Claro que por estos tiempos, en los que padece una grave enfermedad, ya es un paradigma de la crítica y cada vez que opina gana una enorme relevancia en la industria de Hollywood.
Precisamente esto último es lo que ha ocurrido el pasado fin de semana, cuando sostuvo con firmeza que sigue absolutamente convencido de que los videojuegos no pueden ser arte. A ello agregó que ningún gamer de la actualidad va a vivir lo suficiente como para apreciar a los juegos como un verdadero arte. Igualmente cuidó sus palabras y admitió que preferiría no usar la palabra nunca para esa experiencia, debido a que la misma abarca demasiado tiempo.
Por supuesto que todo esto tuvo su punto inicial en unas declaraciones hechas por un directivo de la industria del entretenimiento. Concretamente, el presidente de thatgamecompany (encargados de Flower) dijo que algunos videojuegos ya probaron que pueden ser considerados como arte, entre los que citó a Braid. Ante este ejemplo, Ebert se mostró en total desacuerdo y comentó que ese título posee el mismo nivel de prosa que el de una galleta de la fortuna. Por último, cerró su conclusión sosteniendo que los jugadores deberían disfrutar a los juegos por lo que son y no insistir con que sean definidos como arte ya que distan mucho de ello.