La serie de juegos de estrategia Commandos, uno de los exponentes más emblemáticos de la estrategia en tiempo real de mediados de los 90, nos ofrecía la posibilidad de completar diferentes misiones encuadradas en la Segunda Guerra Mundial haciendo uso de una unidad especial de soldados preparada especialmente para misiones en condiciones adversas.
El principal atractivo de los juegos consistía en utilizar sabiamente las habilidades y características propias de cada personaje para completar correctamente la misión y sin que ninguno de nuestros hombres muriera en el intento.
Uno de los personajes a utilizar, y quizás uno de los más recordados por la espectacularidad de sus habilidades, es Sir Francis T. Woolridge, también conocido como “duque”, o simplemente, el francotirador.
Descendiente de una familia noble, Francis gana una medalla dorada en los campos de tiro de las olimpíadas de 1936 y un año después se une al ejército inglés. Dadas sus habilidades de tiro es enviado a las tierras de la India, donde se convierte en uno de los cazadores más importantes, y además continua ganando popularidad en las filas del ejército.
En una de sus misiones se encarga de asesinar al jefe de una de las bases alemanas de Narvik disparando desde una distancia de mas de una milla, lo que le vale una medalla en reconocimiento a sus habilidades, además de ganar popularidad y convertirse en el “mejor francotirador del mundo”.
Las habilidades de duque son ideales para misiones que requieren sigilo y, indefectiblemente, acción a distancia. Muchas veces su trabajo en la unidad Commandos consiste en limpiar el territorio de centinelas y ofrecer fuego de cubierta y a distancia para que los otros miembros puedan realizar sus tareas.
Cuenta con conocimientos básicos de medicina y cumple las funciones de médico cuando el conductor no opera en las misiones. Se unió al grupo de acción Commandos en 1940 y desde entonces realizó varias de las misiones más importantes relacionadas con poner fin a la Segunda Guerra Mundial.