Análisis de Assassin’s Creed 2

Nuevamente Ubisoft comienza a generar expectación con un título de gran valor artístico, con un detalle por las estructuras y edificios de la Italia Renacentista, y con una trama que promete ser mucho más directa y comprensiva.

Disponible para Xbox 360, PC y PS3, Assassin’s Creed 2 se presenta como un título que, gráficamente, auspicia las virtudes de la nueva generación, pero va más allá. Supera a su predecesor contando con mejores animaciones, más misiones y un sistema de juego menos monotemático, hay que recordar que las críticas al primer Assassin’s Creed venían de los seguidores del género sandbox, que veían en las aventuras de Altair una repetición constante de asesinatos y escapes sin demasiada variedad en las posibilidades.

La aventura de Ezio Auditore, el joven que controlaremos en esta oportunidad, ofrecerá un ritmo más frenético, repleto de nuevas acciones, desde sumergirnos en las aguas de Venecia para llegar por rincones ocultos a nuestro objetivo, hasta un dispositivo creado por Leonardo Da Vinci que nos permitirá surcar los cielos y sorprender a los guardias de nuestras víctimas.

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Nuestro personaje busca venganza, y el famoso inventor y artista Da Vinci servirá como puente hacia nuevas habilidades y armas, en una trama repleta de engaños, muerte y asesinatos. La lucha de Ezio lo llevará a conocer los más oscuros secretos de la nobleza veneciana y solo sus habilidades acrobáticas le servirán para no ser atrapado.

Al igual que el primer Assassin’s Creed, la recreación de las ciudades será uno de los puntos fuertes del juego. Desde Venecia hasta Roma, pasando por ciudades clave de Italia como Florencia, el poder gráfico hará que las calles y edificios de la ciudad sorprendan a los jugadores. Explorando los callejones, escalando las paredes y saltando entre los techos, un viaje en el tiempo repleto de acción y aventura. Imperdible.







 

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