Llega Lighning Returns: Final Fantasy XIII al mercado, cerrando el paso de la saga de RPGs por Xbox 360 y PlayStation 3. A partir de mañana, tenemos que pensar en la next gen, en Final Fantasy XV, desarrollado mediante el Luminous Engine, y en la evolución de Final Fantasy XIV Online. Pero hoy, vamos a comentar el final de la trilogía de Lightning, trilogía buena para algunos, y horrible para otros.
Los Final Fantasy de esta generación no han gustado a los más puristas, pero tenemos que juzgarlos objetivamente, sin dejarnos llevar por fanatismos, sin recordar los juegos del pasado, y sin comparar los nuevos con aquellas joyas. Y para bien o para mal, Lightning Returns cierra este capítulo de la historia de Square.
En Final Fantasy XIII, guiamos a Lightning en su misión de salvar El Nido. Después, en Final Fantasy XIII-2, tuvimos que ponernos en la piel de su hermana, y dar vueltas por el tiempo y por universos paralelos. Y ahora, Lightning vuelve a ser la protagonista, ha despertado 500 años después, y se encuentra en un mundo muy cambiado, pero que, de nuevo, tiene que salvar.
El nuevo mundo que visitamos está dividido en 4 regiones, y las podemos explorar todas con total libertad casi desde el principio. Tenemos un montón de misiones por realizar, y por primera vez en Final Fantasy, se ha implementado el ciclo día-noche, que además juega un rol crucial, no solo porque hay misiones que solo podemos hacer a una hora determinada, también porque tenemos un tiempo límite para salvar el mundo, tiempo contado en días.
Son tan solo 6 días los que se nos dan para realizar tal tarea. Pero tranquilos, no os asustéis, porque esa cifra se verá aumentada hasta los 13 días, si recolectamos muchas almas. Y es que, a las 6 de la mañana de cada día, hay que hacer inventario de almas, esto es, dejar todas las logradas durante las últimas 24 horas en un lugar determinado. Para eso, que completar misiones a mansalva.
Esta temporización es una gran novedad en la saga, puesto que implica vivir en tensión, tener que planificar nuestras misiones, y dividir los días de trabajo de la manera más productiva posible. Pero otro elemento totalmente revolucionario en la saga es el sistema de combate, porque se acaban los turnos, ahora tenemos libertad de mover a Lightning drante la batalla, tenemos que bloquear y esquivar manualmente. Final Fantasy se ha convertido en un action-RPG, y por los vídeos que hemos visto de FF 15, esto va a continuar así en el futuro. Además, se ha incluido un sistema de trajes, parecido al de Final Fantasy X-2, que sustituye al sistema de roles vigente en Final Fantasy XIII.
A nivel gráfico, el juego mantiene el nivel de las dos anteriores entregas, aunque se encuentra algún que otro fallo, como algunas ralentizaciones. Pero en general, se puede decir que Lightning Returns: Final Fantasy XIII es el mejor juego de la trilogía, sin ser un gran Final Fantasy, sin tener un nivel argumental que se pueda comparar al de los clásicos. Pero sí que incluye una muy buena banda sonora, un mundo, por fin, explorable, y combates sin turnos, que pueden estar un poco desmedidos en cuanto a dificultad, pero que nos muestran el futuro de la serie. Un juego notable para despedirse de esta generación.