La semana próxima sale a la venta uno de los juegos más prometedores de esta segunda y última mitad de 2010, estoy hablando de Castlevania: Lords of Shadow. Pero más allá de cualquier trailer impactante que hayamos visto en los últimos tiempos, tengo que reconocer que este título me genera muchísima intriga, tanto positiva como negativa.
El lado positivo lo encuentro desde el apartado técnico y la jugabilidad. Por todo lo que se pudo ver, me refiero a videos y trailers presentados por la empresa desarrolladora (el estudio español Mercury Steam), se nota un juego visualmente muy logrado. CLOS promete acción sin parar, sazonado con secuencias de salto y puzles, en un tono muy similar a la de referentes más importantes del género y que también han sabido destacarse en esta generación de consolas, como God of War, Devil May Cry, y porque no también Ninja Gaiden o Bayonetta.
Al igual que varios títulos de esas sagas mencionadas, el juego también promete un argumento cuando menos interesante que obrará como vehículo para mantener las cosas lo suficientemente interesantes durante toda la aventura. Para sumarle un aspecto épico a trama cabe mencionar que el juego se apoyará en el talento de actores como Robert Carlyle y Patrick Stewart, interpretando el rol protagónico, Gabriel Belmont y su mentor, llamado Zobek, respectivamente. Por todo lo mencionado es evidente que este juego se encamina a convertirse en un, cunado menos, decente título de acción en tercera persona, pero hay algo de todo esto que no termina de cerrarme.
La serie castlevania me ha acompañado a lo largo de toda mi vida. De pequeño pase horas insultando a la televisión cada vez que jugaba al horrorosamente desafiante, (y grandioso a la vez), Castlevania 3. Un par de años más tarde, cuando jugué a Castlevania: Symphony of the Night, me enamoré de este grandioso juego (sin dudas uno de los mejores de PSone) y lo terminé una y otra vez. Más cerca en el tiempo, he tenido la oportunidad de vibrar con otros dos grandiosos títulos de la serie que fueran lanzados exclusivamente para DS, Castlevania: Dawn of Sorrow y Order of Ecclesia.
Se podrán imaginar que esta saga es una de mis favoritas y por ende, cada vez que se lanza un nuevo título de la misma me pongo más que expectante. Pero con Lords of Shadow como que veo la cosa más distante, quizá porque el juego no fue desarrollado en el clásico estilo 2D sino en tres dimensiones, algo en lo que la saga ya ha incursionado pero sin alcanzar para nada el éxito de su formato tradicional.
Por otro lado, si bien la historia de la saga no es algo rígida ni mucho menos hay ciertos aspectos que se han mantenido en el tiempo, y el argumento de CLOS parece pertenecer a otro título, y eso sin duda me hace un poco de ruido.
Más allá de todo esto, con este título se vuelve a renovar el interrogante si finalmente se podrá ver un Castlevania 3D que no apeste. En fin, ya estamos a las puertas de un nuevo título de esta clásica saga y veremos si logra hacerle honor a su pesada herencia.