La decepción que supuso Fahrenheit (a.k.a. Indigo Prophecy) aún perdura en el corazón de los que esperábamos una revolución narrativa y un guión maduro y elaborado. Ahora, cuatro años después, los chicos de Quantic Dream vuelven a intentarlo con Heavy Rain, una clara apuesta por trasladar el cine de suspense tipo Se7en al mundo del videojuego.
Para empezar, lo que más llama la atención en Heavy Rain es su absolutamente brutal nivel técnico. Veremos efectos de luz, de partículas, climatológicos, de texturas, de postprocesados y de físicas que jamás han llegado a plasmarse en un juego con tanta verosimilitud. Y es que este título usa como eje conceptual el tremendo realismo que transmiten sus gráficos y animaciones. No en vano, para todos sus personajes –tanto en la captura de movimientos, de expresiones o de voces– han sido contratados actores profesionales que aporten aún más realismo al juego. Y es que es descarado el intento por parte de Heavy Rain de convertirse en la película interactiva definitiva. Desde su cartel publicitario, totalmente cinematográfico, con los nombres de sus actores en el margen superior, una foto simple de un origami y hasta una tagline que reza «¿hasta dónde llegarías para salvar a quien amas?», al más puro estilo film noir. Su argumento, por lo que dicen sus propios desarrolladores, será excepcionalmente complejo pero jugable por cualquier aunque no tenga nociones de videojuegos. Sin duda es una buena forma de estimular al mercado casual con inquietudes.
Pero al fin y al cabo Heavy Rain es un videojuego, y como tal debe permitirnos cierta interacción. ¿Y cómo lo hace? Pues usando diversas vías: la exploración libre por ciertos entornos, con la opción de ponernos unas gafas especiales para investigar huellas o restos orgánicos y, en las escenas de acción, usando los ya por todos conocidos QTEs o Quick Time Events, es decir, la pulsación de botones o secuencias de botones que nos exige el juego en determinados momentos, con un tiempo muy limitado para cumplirlas. De ese modo, podremos enfrentarnos a enemigos, o evadirles e incluso morir en sus manos si no activamos la escena adecuada. Y la cantidad de líneas argumentales alternativas por cada QTE superado o fallado promete darle al juego una vida muy, muy larga.
Otra de las curiosidades que se han implementado es el hecho de que cuando nuestro personaje muera, nosotros podamos seguir en el juego controlando a otro personaje que también esté implicado en la trama. Incluso se ha dicho que, aún matando a todos los personajes principales, podríamos terminar el juego con éxito.
Habrá que ver si finalmente los chicos de Quantic Dream consiguen redimirse de su pésimo trabajo en Fahrenheit y regalar a los usuarios de PS3 una auténtica experiencia de juego inolvidable, como parece indicar todo lo que ya sabemos de Heavy Rain. De momento, nos toca esperar hasta 2010 estar seguros de ello.