Tomb Raider: Definitive Edition, Lara Croft en la Next-gen

Tomb_Raider_Definitive_Edition_62050Square Enix compró Eidos, y lo convirtió en Square Europe. La absorbida empresa de origen francés era dueña de un buen número de IPs bastante interesantes, potencialmente muy rentables, pero a las que había que dar un golpe de tuerca. Algunos ejemplos son Deus Ex, Hitman y, sobre todo, Tomb Raider.

El caso de la saga protagonizada por Lara Croft era el más urgente. Otrora, Tomb Raider era una de las sagas más vendidas del mercado, y también una de las mejores. Los primeros Tomb Raider eran aventuras notables, que crearon escuela. Pero, cuando Square Enix compró Eidos, a la saga ya solo le quedaba el nombre, vivía de las rentas. Había que trabajar duro para limpiar la imagen de Lara.

Y Square lo hizo, y lo hizo bien. Redibujó al personaje, le dio más importancia a su trasfondo interior, a su sufrimiento, y a su historia, que a sus pechos. En el nuevo Tomb Raider de 2013, contemplamos de forma activa la primera aventura de Lara Croft, dramática y traumática. Si Uncharted había hecho evolucionar el género de las aventuras mediante las bases que había estrenado la saga Tomb Raider, el nuevo Tomb Raider aprovechaba lo aprendido por Naughty Dog, y lo ponía en práctica.

Tomb Raider se puso a la venta a principios de 2013, y a finales del mismo año llegaron a las tiendas las consolas de nueva generación, PlayStation 4 y Xbox One. Aunque el juego de PS3, Xbox 360 y PC había vendido ya 4 millones de copias, una cifra que no está nada mal, sería tontería no aprovechar el tirón de las nuevas máquinas, sobre todo teniendo en cuenta que no hay ahora mismo juegos de aventuras destacables para ellas, más allá de Assassin’s Creed 4. Así, Square puso a dos estudios semi-desconocidos a programar las versiones para Xbox One y PS4, United Front Games y Nixxes, y como resultado, llega a las tiendas Tomb Raider Definitive Edition.

¿Y qué trae consigo esta Edición definitiva? Pues cambios gráficos… y ya está. A nivel jugable es totalmente igual que la versión que se lanzó al mercado el año pasado. Pero tampoco se puede decir que sea poco cambio, porque el nivel visual de este nuevo Tomb Raider es un espectáculo.

El juego muestra texturas a 4K, y una tasa de 30 Fotogramas por segundo, en el caso de Xbox One, por 60 en el de PS4. ¿Y esta diferencia? Sus productores dicen que es un detallito, que no afecta a la experiencia, pero lo cierto es que si hay que decantarse por una versión, ya sabemos cual comprar. Lo que no sabemos es si este desajuste ha sido provocado por la diferencia de habilidad entre los estudios desarrolladores, o por la diferencia de capacidad de las consolas.

En cualquier caso, en ambas el juego luce impresionante, la iluminación y los efectos (lluvia, pisadas, vegetación, ríos, etc.) son una maravilla. Podéis verlo en el vídeo que dejamos al final del artículo.

En cualquier otro aspecto relevante, aparte de lo técnico, Este Tomb Raider es igual que el de la anterior generación. Por tanto, es perfecto para los que no lo hayan jugado todavía, pero si ya te lo pasaste… No vas a tener novedades en la historia ni nada. A lo mejor si eres un fan enloquecido de Lara Croft, la quieres ver con gráficos Next-gen, pero si no es así, es un gasto tonto.

Podéis ver aquí el análisis de Tomb Raider que hicimos el año pasado.




    el 08.02.14

 

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