Juegos bióticos en el laboratorio

Vivimos en una época de constante evolución e innovación en todos los ámbitos de la ciencia y el ocio. Aunque no sean comparables, la estación espacial, el genoma humano el control por movimiento y otros elementos son cosa de las últimas décadas. En esta ocasión lo científico se une con los videojuegos en la Universidad de Standford situada en California. Miembros de un grupo de investigación de dicha Universidad han estado trabajando y mostrado por primera vez lo que han llamado “videojuegos bióticos”. ¡Quiero saber más! ¿En qué consisten estos cacharros bióticos? Básicamente consiste en controlar pequeños organismos vivos a través de una especie de mando que activa mecanismos biológicos conocidos. Vale, sé que suena un poco a chino, por ello, en este texto ofrecemos algunos detalles sobre esta invención.

Los elementos que componen esta especie de híbrido entre experimento biológico y videojuego son sencillos pero asombrosos. Estos científicos emplean una cámara que contiene un líquido, un microprocesador cuya tarea es la computación de la puntuación, una videocámara para captar las imágenes y un pad tradicional. Dentro de la cámara con líquido se disponen paramecios, unos seres microscópicos muy básicos. Las acciones del pad inyectan una sustancia al líquido que los rodea y hace que estos seres se desplacen en una u otra dirección. Insertando mecánicas sencillas a este proceso han conseguido emular títulos legendarios como el Pacman o un pinball. Por supuesto, le han asignado nombres propios: el “Pac-mecium” y el “Pinball biótico”.

Según las propias declaraciones de Riedel-Kruse, profesor perteneciente al proyecto el objetivo consiste en ofrecer diversión al jugador empleando procesos biológicos sin la seriedad y rigurosidad que conllevaría un experimento científico completo. Es evidente que este sistema no alcanzará los hogares comunes y, probablemente, se limite a centros de enseñanza. Creo que pueden ser extremadamente útiles para explicar de formar amena y sencilla los procesos biológicos en los que se basan. ¿Es capaz de imaginar jugar al Pacman en medio de una clase de biología o como tarea para casa? Lo cierto es que aprender divirtiéndose es mucho más interesante y provechoso.

Por el momento, un aplauso para este grupo de investigación de la Universidad de Stanford. ¿Qué os parece el experimento? ¿Qué aplicaciones prácticas le ven? Cuanto menos es más que interesante.




    el 19.01.11

 

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