Los 10 mejores juegos de Commodore 64

Ya lo comentamos en su día cuando os mostramos aquella versión de GTA Vice City con gráficos de Commodore 64: el ordenador personal que popularizó los videojuegos de PC cumple, este mes de agosto, 30 años. Mencionamos en aquel momento, muy por encima, algunos de los juegos más recordados del sistema. Ahora vamos a realizar una investigación más exhaustiva para determinar los 10 títulos que, realmente, causaron un mayor impacto de cuantos se lanzaron para Commodore 64.

The Last Ninja (I y II) (Activision, 1987 y 1988). Quizás los juegos más queridos de C64 son las dos primeras entregas de la serie The Last Ninja. Se tratan de juegos de acción y aventuras que utilizan una perspectiva isométrica.

Nos ponemos en la piel del último ninja, Armakuni, que en ambos juegos debe superar un montón de fases en busca de venganza contra el malvado Kunitoki. Puede usar varias armas distintas, como espadas, shurikens y nunchakus, que podrá ir recogiendo por los escenarios. Tiene, en su misión, que vencer a diversos enemigos y pasar algunas complicadas fases plataformeras.

Para la época, son juegos muy coloridos y con un nivel sonoro muy alto. La variedad de escenarios, asimismo, es llamativa teniendo en cuenta el contexto. Bosques, mazmorras, los interiores de un palacio…

Ambos fueron un gran éxito de ventas, ya veis que Activision apuntaba alto ya en esos tiempos. Las dos entregas vendieron varios millones de unidades, si contamos todas las versiones que se hicieron (había muchos sistemas), pero la tercera parte de la saga, que data de 1991, no es recordada con tanto cariño como estas.

Maniac Mansion (LucasFilm Games, 1987). Aventura gráfica que también está en la lista de la mayoría de los usuarios de C64. Es un pionero en un género en el que LucasFilm, después llamado LucasArts, llegaría a realizar verdaderas obras maestras.

El juego se sitúa en la mansión del Dr. Freud, 20 años después de que, cerca de allí, cayera un meteorito. Desde entonces ocurren cosas raras en la mansión, en la que tenemos que introducirnos para salvar a la típica chica secuestrada.

Un argumento sencillo para una aventura divertidísima, una parodia de las películas de terror de serie B y que crearía escuela. Su motor gráfico, el SCUMM, sería reutilizado por LucasFilm en posteriores aventuras gráficas.

http://www.youtube.com/watch?v=BZqFHgnFCuU

Barbarian: The Ultimate Warrior (Palace Software, 1987). El género de la lucha con espadas no ha sido demasiado explotado durante la historia de los videojuegos, y desde luego no con demasiado éxito. Aparte de Soul Calibur, no hay demasiados juegos destacados en este ámbito.

El mejor juego de la historia en combates de espadas es, quizás, Barbarian: The Ultimate Warrior. Hablamos, evidentemente, de forma proporcional, porque Barbarian no puede compararse en un “tu a tu” con Soul Calibur V, pero hay que decir que el impacto del juego de Palace Software en su día fue mucho mayor para los jugadores que pudieron disfrutar de él que el que tiene el título de Namco Bandai. Y es que la diversión que proporcionaba para gente no habituada a esas cosas era realmente grande.

Un bárbaro con una espada, que va, fase a fase, derrotando a luchadores que son básicamente iguales siempre, aunque la dificultad va variando. Eso es, a grandes rasgos, el juego. La posibilidad de cortar la cabeza al rival, y ver como un hombre sapo se la llevaba a patadas, es una imagen que pervive en la memoria de muchos.

The Great Giana Sisters (Rainbow Arts, 1987). Este juego se gana una posición en este especial, sobre todo, por la poca vergüenza que demostraron sus creadores. Porque, si os parece que Sony copia descaradamente a Nintendo cuando hace un PlayStation All-Star Battle Royale tan parecido a Super Smash Bros, es que no habéis visto The Great Giana Sisters.

Porque sí, tal y como sospecháis, es una copia extremadamente descarada de Super Mario Bros. De hecho hay niveles que son calcados. Y es que, en esos tiempos era habitual que todos los juegos se desarrollaran para un sinfín de sistemas, y que un juego fuera exclusivo de una consola, como pasaba con Mario Bros, era raro. Rainbow Arts intentó aprovechar esto y, aunque se trata de una práctica deleznable, lo cierto es que logró que los jugadores que no tenían una NES pudieran disfrutar de un juego casi tan divertido como el del fontanero italiano de Nintendo.

H.E.R.O (Activision, 1984). Otro juegazo de Activision para Commodore 64. No era un juego con gran presupuesto, fue vendido dese el inicio por un precio bajito. Pero así, con las pocas pretensiones que tenía, resultó ser uno de los juegos más entretenidos del ordenador.

H.E.R.O son las siglas de Helicopter Emergency Rescue Operation. Y es que, el protagonista de este juego lleva un pequeño helicotero enganchado, que parece el gorrocoptero de Doraemon, y con el que debe descender por unas minas salvándole la vida a los mineros que hay perdidos.

Los escenarios están llenos de problemas que resolver: muros que habrá que destruir con dinamita, monstruitos a los que disparar, y siempre eligiendo el camino con cuidado, porque, además, manejar el helicóptero no es tan sencillo, tiene cierta inercia.

Se trata de un juego que realmente causó sensación en su época, por el nivel estratégico que presentaba y por lo original de la idea. Además, nuestras municiones son finitas, hay que usar la cabeza antes de liarse a tiros.

Microprose Soccer (Microprose Software, 1988). Hoy en día, con FIFA y PES, hay que saber hacer un millón de cosas para ganar un partido. Antes no era así, los juegos de futbol eran mucho más sencillos y, algunos de ellos, muy divertidos.

Microprose Soccer debía ser uno de los juegos más adictivos de la época. Los juegos de fútbol siempre han tenido la habilidad de mantener a los jugadores delante de la pantalla durante horas y horas, al menos los buenos.
Microprose era una empresa especializada en juegos de aviones y acción, este era su primer título el fútbol. Además, era una empresa americana, allí de futbol no tienen ni idea, y menos en el 88, pero, aun así, no se les dio nada mal, aunque había que usar equipos de la liga americana.

Había tanto futbol-11 como fútbol sala. Pero lo que más vicio producía era el mundial. Había 4 categorías de equipos, montándose con ella 4 grupos preliminares. Las victorias valían 2 puntos, con el método clásico, y los empates 1. Se podía elegir el clima y el campo. Además, había repeticiones de los goles. ¡Un montón de cosas para ser un juego de 8 bits! En fin, un juego muy divertido para la época.

Impossible Mission (Epyx, 1984). Un adelantado a su época, uno de los primeros juegos de acción y aventuras en los que había que superar niveles mediante la resolución de puzles. El jugador debe ir, de pantalla en pantalla, saltando plataformas y activando máquinas para cambiar el rumbo de los ascensores que lo llevan de un lado a otro. Esto debe hacerlo, claro está, sin ser aniquilado por lo enemigos que vigilan el perímetro.

Fue el primer juego de C64 en el que se escucharon voces. “Stay a while, stay forever”, es lo que decía nuestro protagonista, y es una de esas frases que los niños de la época recuerdan aun siendo adultos.

En 2007 se lanzó un remake para Nintendo DS que era, a grandes rasgos, similar al original, con una actualización gráfica. Este juego hizo las delicias de los fans del Impossible Mission original, pues les permitió jugar de nuevo al título, y además hacerlo en una portátil.

Turrican (1 y 2) (Ranbow Arts, 1990 y 1991). Se trata de una saga de arcades futuristas, que presentaba un nivel gráfico y sonoro muy superior a la media de C64. Fue una franquicia longeva, que duró hasta finales de los 90, suponiendo siempre una referencia a nivel técnico.
Turrican era un juego genial. El jugador disponía de un montón de armas, y debía disparar a todo lo que se moviera. Tenía un buen montón de niveles y no era nada fácil de terminar. Además, su música causó sensación.

Turrican 2 seguía el mismo camino, pero mejorando todos los aspectos, como buena secuela. El argumento de la saga recuerda un poco a Terminator: En el año 3030, Un ordenador se vuelve contra los humanos, llenando el mundo de bestias cibernéticas que intentan destruirlo. Uno de los robots creados para matar el mundo, se revela contra su señor y decide salvar a la humanidad.

Rainbow Island (Ocean, 1989). Secuela de un juego llamado Bubble Booble, que estaba protagonizado por los pequeños dragones que todo el mundo recordará de Puzzle Booble, este Rainbow island es un plataformas de lo más colorido. No es de extrañar, ya que en él teníamos que recorrer el país del arco iris, superando las 7 islas que lo forman.

Como buen plataformas, debemos dar saltos por doquier, y escupimos un arco iris que nos sirve tanto para aniquilar a los animalicos que aparecen en la pantalla y que, como suele pasar, nos matarán con solo tocarnos, como para usarlo como plataforma que nos impulsa hacia el siguiente nivel.

Y es que, Rainbow Island no se trata de un plataformas horizontal, sino vertical. Habrá que subir para ir superando los niveles, siempre hacia arriba.

Uridium (Hewson Consultants, 1986). Otro shooter de ciencia ficción, en esta ocasión con naves. Así es, se trataba de un “matamarcianos” de toda la vida, de esos que abundaban en las arcades de la época.
La misión es fácil: hay naves malvadas drenando los recursos de los planetas, y nosotros debemos destruirlas a todas disparando sin parar. Eso sí, hay que esquivar todas las minas y paredes que hay por los escenarios, puesto que estos objetos no se pueden destruir.

Una vez que hubiéramos destruido todas las pequeñas naves, debíamos bajar de la nuestra y destruir la nave nodriza, evitando así la destrucción del planeta en cuestión.





    el 24.08.12

 

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