Análisis de Metal Gear Solid Peace Walker para PSP

Una de las noticias más reveladoras, ansiadas y sorprendentes del E3 2009 fue el lanzamiento, en exclusiva, de Metal Gear Solid: Peace Walker, un juego para la portátil de Sony que continuará expandiendo el universo que Kojima ideó para Snake, Big Boss y tantos otros personajes que se han convertido en íconos de la industria del videojuego contemporáneo.

Y es que, después del final de Metal Gear 4, todos pensaban que Hideo Kojima había hablado en serio cuando dijo que no había más nada que contar sobre Snake. Y si bien el acercamiento de Peace Walker no refiere directamente a Solid, ya que el personaje principal es Big Boss y seguirá con la historia como una secuela del glorioso Portable Ops también de PSP, la verdad es que el regreso de la saga es más que bienvenido.

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El juego, si bien estará disponible recién en algún momento de 2010, ya tiene algunos datos alentadores que hablan acerca de su desarrollo: gran parte del equipo que trabajó en Metal Gear Solid 4 está involucrado en esta nueva aventura, el guión ha sido creado por Kojima, y Peace Walker se considerará una secuela canónica a los eventos de Metal Gear Solid 3: Snake Eater.

Seguirá los lineamientos básicos de un género que Metal Gear supo “crear” o para el cuál sentó bases en su primera versión de MSX2: acción, espionaje e infiltración, aunque ahora con gráficos de lujo, limitados respecto de la versión en PS3, obviamente, pero con una calidad muy alta, sin lugar a dudas.

Lo que se ha dejado entrever sobre la trama es que abordará uno de los nexos fundamentales de la trama: la creación de Outer Heaven, la fortaleza de mercenarios que Solid Snake debe desmantelar en el Metal Gear original, la creación de Big Boss para acabar con el uso de los soldados por parte de intereses políticos, sin lugar a dudas uno de los momentos más importantes de la historia del universo Metal Gear.







 

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