En muchas ocasiones hemos leído o escuchado la severidad con la que el Gobierno australiano intenta censurar determinados videojuegos con contenidos violentos. Ahora se ha pronunciado de nuevo dando un paso adelante en sus intenciones censoras. El Gobierno australiano pretende capar el acceso a tiendas de distribución online de videojuegos que vendan productos marcados con la etiqueta “para mayores de 15 años”. En dicho país esa es la etiqueta de clasificación por edades más alta, aunque en el cine podamos encontrarla hasta para mayores de 18 como en la mayoría de países. Además de filtrar y bloquear el acceso a las plataformas digitales que vendan juegos de este tipo, el Gobierno pretende impedir las importaciones que realicen los australianos desde tiendas no patrias. De esta manera lo ha declarado Stephen Conroy, senador australiano.
En el país de las antípodas podemos encontrar militantes del otro bando como un directivo de la Interactive Entertainment Association of Australia (La Asociación de entretenimiento interactivo de Australia), Ron Curry. Este directivo opina que la situación es inaceptable y que debería establecerse una calificación para mayores de 18 como en otros medios y, de esta manera, mantener informados a los padres de los contenidos que pueden perjudicar a sus hijos. Además, añade que así los jugadores adultos podrían acceder a contenidos apropiados para su edad.
Este problema persiste en Australia, pero en otros países son aún muy estrictos en temas de ocio electrónico y presentan legislaciones similares. Esperemos que los motivos sean la juventud de la industria y que poco a poco se vayan abriendo las mentes de los altos cargos políticos de manera razonable y procurando que los padres sean los que controlen a qué juegan sus hijos siempre estando informados del contenido de cada juego. Un ejemplo de este sistema es el PEGI.