La PC sigue siendo hogar de algunos de los juegos de rol más complejos y abarcativos de la industria, y Drakensang: The Dark Eye, de Radon Labs, es un título que apunta hacia esos parajes.
En Alemania The Dark Eye es uno de los juegos de rol tradicionales (esos que se juegan con lápiz y papel) más famosos del momento, y con Drakensang se intenta nuevamente llevar sus características personales al mundo de los videojuegos, algo que por otra parte ya fue intentado en el pasado con una trilogía llamada Realms of Arkani, de moderada repercusión.
La partida comienza con un completo menú para personalizar a nuestro héroe, con diferentes arquetipos y cualidades únicas que podremos mejorar antes de sumergirnos en el fantástico mundo de Aventuria.
El juego se desarrolla en un entorno totalmente tridimensional, con un sistema de cámaras en tercera persona que permite disfrutar de los hermosos escenarios por los cuáles deambularemos por horas, cumpliendo las diferentes misiones que los aldeanos y nuestros líderes nos encomendarán.
El inventario y las habilidades especiales de nuestro personaje, son otros de los apartados retratados de manera fiel, con una variedad enriquecedora, que brinda aún más horas de juego mientras exploramos.
El combate es dinámico, aunque permite pausas para pensar nuestra estrategia, algo que se agradece cuando los enemigos son muy numerosos o sus debilidades son muy específicas.
Los grupos estarán compuestos por hasta cuatro héroes y podremos alternar el control de cada uno de ellos en cualquier momento, algo que se agradece ya que el desarrollo de personajes en Drakensang: The Dark Eye es el principal aliciente.
Con un entorno gráfico muy trabajado, quizás un poco más limitado en la acción a comparación de otros títulos de rol como Oblivion, Drakensang es una gran experiencia para los amantes del rol, rico en oportunidades y con un nivel de detalle envidiable.