Little King´s Story, para Nintendo Wii, es una extraña mezcla de géneros y conceptos. Desde su planteamiento artístico, que incluye colores brillantes, diseños infantiles para algunos tutoriales y tonos pastel en otras situaciones, el juego recuerda a juegos como Animal Crossing, en su planteamiento jugable la cosa se pone más “seria”, con importantes características de gestión y estrategia.
Es en esta poderosa y cuidada mezcla que el título desarrollado por Rising Star Games consigue su identidad propia, un híbrido de estrategia y cualidades del RPG que apunta a engrosar las filas de juegos “hardcore” de la consola de Nintendo.
La historia, si bien tiene tintes infantiles desde el comienzo, es solo una excusa para todas las mecánicas de juego que distan mucho de la simpleza que se esperaría de un título para niños. Nuestro deber es, controlando al joven Corobo, hacer prosperar el reino de Alpoko.
Ni bien comenzamos nuestra aventura, reclutamos a varios de los jóvenes desempleados para que busquen tesoros y comiencen a enriquecer las arcas de nuestro reinos, así como emplearlos en la construcción de diferentes estructuras, donde podremos entrenar en las diferentes tareas a nuestros súbditos.
De esa manera, Little King’s Story nos permite crear soldados, mineros o cocineros, ponerlos a trabajar, ir aumentando su nivel (en una clara mecánica de RPG que nos hará entablar cierto grado de relación con cada unidad), y todo eso mientras exploramos los diferentes puntos del reino, con Corobo agitando su cetro y comandando a la creciente masa de habitantes de Alpoko.
La aventura toma diferentes matices, desde los combates hasta las excavaciones de nuestros mineros y las diferentes acciones que nuestros jardineros emplearán para dar forma a un hermoso reino, todo se amolda a una estética muy colorida y detallista, poseedora de uno de los motores gráficos más elegantes vistos en la Wii.
Little King’s Story es, entonces, una apuesta por la estrategia en tiempo real, la aventura y el RPG, donde nuestro control sobre los diferentes factores crean las mecánicas para mantenernos atados a un juego que, detrás de un apartado visual infantil, esconde posibilidades para atraer a los más grandes.