La ambientación medieval y fantástica de El señor de los Anillos ha conseguido que sus adaptaciones al mundo del cine y de los videojuegos sean más que adictivas para los amantes de la acción desenfrenada y el rol, componentes que se unen de manera sutil en las diferentes entregas que varían el género pero comparten premisas.
En “El Señor de los Anillos: La conquista” nos encontramos ante un título de acción pura y dura, desarrollado por Pandemic Studios y distribuido por Electronic Arts, donde podremos jugar no solo la campaña de los héroes, visitando los principales escenarios del juego y siguiendo a la Comunidad del Anillo en su periplo, sino también un modo enfocado directamente en los actos de los seguidores de Sauron.
A lo largo del juego, que posee versiones tanto para PC, como para Xbox 360, Play Station 3 y Nintendo DS, visitaremos lugares emblemáticos del universo de Tolkien, como las Minas de Moria, el Abismo de Helm, Minas Tirith, Rivendell y La puerta Negra.
El modo multijugador también es una de las grandes virtudes del título, permitiendo combates en diferentes modos con hasta 16 personajes. Los personajes están basados en un sistema de clases bastante simple, con estereotipos del Guerrero, el Mago, el Arquero y el Explorador, cada uno con sus virtudes y defectos.
Entre los personajes que podremos utilizar a lo largo del titulo de Pandemic, destacan Aragorn, Frodo, Gandalf, Gimli, Isildur, Balrog, Nazgul, Sauron y Lurt, todos en diferentes misiones y escenarios donde la acción será el punto fuerte de las mecánicas.
El juego ha sido aceptado de manera aceptable, aunque muchos han criticado la sencillez del título, ya que si bien respeta los sucesos, hay fidelidad de imágenes y de banda sonora con los filmes, las mecánicas de machacar botones y golpear enemigos en grandes cantidades no le hacen honor a un título que podría haber sido mucho más profundo.
De todas maneras El Señor de los Anillos: La conquista es un punto a favor en los títulos de la franquicia, con un apartado gráfico de gran calidad y una fidelidad a la historia que dejará contentos a los fanáticos.