San Valentín y videojuegos ¿temas compatibles?

El 14 de febrero ha sido por mucho tiempo una fecha de romanticismo, amor y en algunos países: de amistad. ¿Cómo una fecha tan ligada con el mundo romántico puede ser relacionada con el mundo gamer? Pues bien, dediqué un tiempo a buscar en internet la respuesta y la verdad es que fue, por decir lo menos, decepcionante el resultado. No existen videojuegos románticos o al menos dedicados a la entretención amorosa. Aunque si lo miramos con frialdad ¿sería entretenido un juego que sea equivalente a una novela de amor? o incluso si lo miramos con mayor frialdad aun: ¿sería comercialmente viable?

Los videojuegos han sido terreno masculino desde su creación. En su mayoría son toscos, duros y con grandes dosis de testosterona en su diseño. El panorama se vuelve más heterogéneo si nos vamos al lejano oriente donde, aun siendo terreno mayoritariamente varonil, los juegos electrónicos tienen gran cantidad de mujeres que los siguen y disfrutan. Incluso grandes personajes de RPGs, juegos de peleas o los favoritos por excelencia de las féminas: los puzzles; son hechos con ciertos grados de ternura para atraer y “enganchar” a las mujeres del mundo provocando en cierta manera, un entendimiento de este loco gusto por “los monitos que saltan en la TV” que tanto nos gusta.

Tal vez los diseñadores de videojuegos (que en gran parte son hombres), unidos a los encargados de marketing y directores de empresas, han provocado esta ausencia de “Girl Power” en los títulos que año a año nos encantan. No niego que muchos juegos son bastante pluralistas en su contenido (dudo que alguien pueda decir que Mario Kart es de hombres por dar un ejemplo rápido), pero conversando con mi novia de ya 4 años y que gracias a Dios comparte mi gusto por este mundillo, llegamos a la conclusión de que los temas a tratar en los juegos siempre apuntan a la competencia (rasgo característico masculino) más que a la sociabilidad (sello de agua de las mujeres) y es por ello que en el fondo el buscar “ganar” se convierte en un factor de “aburrimiento” para la mujer promedio (destaco este último punto: mujer promedio, no a la mujer “gamer” que en general busca el triunfo como los hombres).

Entonces ¿es posible celebrar una velada romántica con videojuegos? Si podemos cenar, ver una película y conversar un rato ¿por qué resulta a veces tan complejo cambiar la película por una sesión de videojuegos? Tal vez el hecho simple, pero ya mencionado de la competencia es el factor que en cierta forma, destruye la armonía de un encuentro romántico (salvo en juegos de cooperación, siempre existe un ganador y un perdedor) provocando una suerte de “rencilla en tregua” que disminuye temporalmente el amor o cariño entre dos personas. Ahora bien esto no es para nada un axioma o canon del amor y bien sabemos que existen parejas que la competencia (aun con ganadores y perdedores) muy contrarios a separarlos, los unen aun más en sus relaciones resumiendo todo a la gran incógnita del ser humano llamada simplemente “amor”.

Esperemos que en un futuro no muy lejano los diseñadores, programadores y grandes ejecutivos de los videojuegos creen instancias más románticas con los videojuegos (personalmente y con frialdad ejecutiva opino incluso que pudiera convertirse en una fuente de ingresos tan rentable como las películas afines a este tema), pero por ahora solo puedo desearles a todos un feliz día de San Valentín en que, ya sean estén solo o acompañados, el amor inunde su vida llena de videojuegos, discos y controles.





    el 14.02.08

 

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