La nueva generación de consolas ya está en las tiendas de Estados Unidos y Europa, así que ya puedes disfrutar de la gran potencia de PlayStation 4 y Xbox One. Bueno, no del todo, porque aun suponiendo que tengas dinerito fresco para gastártelo en una nueva consola, no vas a encontrar juegos por ahora que, realmente, expriman el jugo de las nuevas máquinas.
Assassin’s Creed 4, Battlefield 4, Call of Duty: Ghosts… La mayoría de los juegos interesantes que se ponen a la venta para PS4 y One son versiones mejoradas de los hechos ya para PS3 y 360. Pocas exclusivas hay en ambos sistemas por parte de los estudios first o second party. Se puede destacar, quizás, un juego en cada consola: Forza MotorStorm 5 en Xbox One y Killzone: Shadow Fall en PlayStation 4.
Vamos a centrarnos hoy en el shooter de Guerrilla, dejando la saga automovilística de Microsoft para siguientes análisis. Cómo sabéis, los creadores de Resistance, Insomniac Games, han abandonado las órdenes de Sony, lanzando hace poco su primer juego multiplataformas, el soso Fuse, y desarrollando ahora un nuevo título en exclusiva para Xbox One, Sunset Overdrive. Por eso, Killzone ha quedado como la gran saga de Shooters de las consolas de Sony, y Guerrilla Games ha obtenido un poder mayor dentro de la red de estudios de la empresa, anexionando a sus filas el estudio de Sony en Cambridge, llamado ahora Guerrilla Cambridge.
Y, tras lanzar Killzone Mercenary para PS Vita, el siguiente trabajo del estudio holandés supone la primera gran exclusiva de Sony para su nueva consola, dado el retraso de Drive Club (Evolution Studios). Killzone: Shadow Fall está en las tiendas, y se vende en un fabuloso pack con PS4 por 450 euros.
Killzone: Shadow Fall es un videojuego notable. Como hemos dicho antes, ninguna consola, en sus primeros meses de vida, muestra toda su potencia, así que es obvio que, a lo largo de la próxima década, veremos shooters mucho más impresionantes que este Killzone. Pero, por ahora, tenemos un juego bastante bueno, en el que podemos empezar a disfrutar de los gráficos de nueva generación.
Shadow Fall continúa donde se quedó Killzone 3. Los supervivientes del planeta Helghan han sido trasladados a Vekta, un mundo en el que ya han hecho de las suyas en el pasado, y no tardarán demasiado tiempo en dar muestras de su virulencia. Guerrilla introduce al jugador en esta situación, asumiendo que ya conoce la historia, lo cual es un error, pues confundirá en demasía a aquellos que se acerquen a la franquicia por vez primera. Eso sí, esto es un shooter futurista con gráficos impresionantes, la mitad de los jugadores que se compran este tipo de videojuegos obvian por completo la historia, que por otra parte tampoco suele ser demasiado compleja, así que es un mal menor.
Nos encontramos en una situación de pre-guerra, de guerra fría, si así lo queréis llamar, que tiene lugar 30 años después de Killzone 3. Así, las armas han evolucionado, y se ha introducido una novedad bastante importante para el desarrollo de la acción: un búho robótico, OWL, que nos acompaña en todo momento, y que podemos mandar a atacar, usarlo para desactivar alarmas, etc. Killzone se desmarca un poco del resto de los shooters con la inclusión de este robot, pero también es cierto que a muchos de los jugadores no les gustará tener que utilizarlo obligatoriamente, sobre todo en un FPS que se caracteriza por su libertad de movimientos.
En Killzone: Shadow Fall tenemos, sobre todo, un Shooter con gráficos que van a impresionar a todos los que se acercan a la nueva generación de consolas por primera vez. Es un título lleno de acción, con un modo online bastante divertido, pero muy común por lo demás, y con una historia mal contada. No va a revolucionar el género de los shooters, a pesar de las novedades introducidas. En definitiva, es el clásico juego de lanzamiento de una consola, que al final de la generación, se quedará muy lejos del nivel alcanzado por siguientes productos.