Cada X tiempo, tenemos que hablar sobre uno de estos estudios estúpidos sobre la repercusión de los videojuegos en los jóvenes. Si repasas los resultados de los que se han realizado durante los últimos años, verás sorprendido que las conclusiones son dispares: según algunas, los videojuegos forman asesinos, mientras que otras te dirán que refuerzan las aptitudes intelectuales y emocionales de los jugadores.
¿Por qué ocurre esto? Pues porque los estudios dentro de las ciencias sociales siempre suelen producir los resultados esperados por los autores desde el principio. Solo basta que una persona apueste por una idea para que su investigación le de la razón, o al menos ella crea que se la da.
Hablamos hoy de una investigación llevada a cabo por la potentísima universidad de Brock, formadora de los estadistas y los líderes del mañana. Se ha realizado un estudio sobre 1.500 estudiantes de un mismo instituto en la provincia de Ontario, en Canada. No sabemos el motivo por el que ha sido elegido este centro de enseñanza, quizás los precedentes lo hacían más “apto” para los fines del estudio, pero el caso es que la investigación ha determinado que el consumo de videojuegos está asociado a ciertas actividades violentas. Y no solo eso, sino que puede servir como detonador para el consumo de drogas y alcohol.
Al leer los resultados (los tenéis aquí), no puedo más que remangarme y prepararme para dar collejas. No puedo imaginarme un contexto probable en el que jugar a un videojuego pueda convertir a una persona en alcohólica. Si uno es un manta, es posible que quiera ahogar sus penas en el alcohol, pero más halla de eso…
No me cabe ninguna duda, eso sí, de que un chico de 14 años puede volverse rarito y violento si se tira las horas muertas jugando sin control a un juego de tiros como Call of Duty. Pero es que ya lo he dicho mil veces, que esos juegos son para adultos, lo pone en la cajita, y no valen lo mismo que un bollicao, suponen un gasto del que los padres deben ser conscientes. Pero los niños se quedan ciegos jugando sin parar a estas cosas mientras sus progenitores están aplastados en el sofá viendo fútbol como piezas de ganado.
Hay muchos videojuegos que sí que son aptos para menores y que nada tienen que ver con tanto shooter y copias de GTA como se producen hoy en día. En lugar de juzgar a la industria del videojuego como si toda ella fuera Call of Duty, quizás sería buena idea realizar una evaluación sobre las bondades educativas de unos productos y otros. No hay mejor forma de enseñar a un niño, no ya a pensar, sino a sentir, que a través del arte, y existen videojuegos que pueden atraer a los jóvenes, más que hacia la metanfetamina, hacia el arte de la narrativa audiovisual.