Id al desván de vuestra casa y empezad a buscar entre los cacharros de hace 20 años. Quizás tengáis un walkman, un video Beta y cosas de esas entre los aparatos electrónicos. O, a lo mejor, podríais dar por casualidad con uno de esos videojuegos extraños, de los que casualmente solo hay uno o unos pocos en el mundo, y con los que podríais sacar una pasta en eBay. Porque eso ya lo está haciendo todo el mundo.
Un tetris para Mega Drive, un Zelda para NES sin acabar… ¿Qué más tiene la gente por ahí guardada? Pues, por ejemplo, un Final Fantasy II en inglés para Nintendo Entertainment System.
Por si no lo sabéis, el FF 2 original de NES jamás salió de Japón. Hasta la llegada de la extraordinaria trilogía de PlayStation One, la distribución de los juegos de la saga en tierras occidentales se limitó a tan solo la mitad de los títulos creados. El primer Final Fantasy de NES se vendió como Final Fantasy, el Final Fantasy IV de Super Nintendo tuvo el nombre de Final Fantasy II en USA, y la genial sexta entrega fue llamada Final Fantasy III. Sí, un lío muy grande.
Con los recopilatorios y remakes lanzados a posteriori para PS One, GBA, PSP o DS, todos los capítulos de la saga original han acabado vendiéndose en el mundo entero. Pero hoy no estamos hablando de jugar a juegos en una plataforma u otra, sino de coleccionismo.
Se supone que tan solo existe un cartucho en todo el mundo que contenga al Final Fantasy II de NES, o al menos eso asegura su vendedor. Según cuenta la leyenda, Square estaba trabajando en la traducción del juego para llevarlo a Estados Unidos, y llegó a presentarlo en el CES 1991, el Consumer Electronic Show, una feria de electrónica que aun se celebra todos los años en Las Vegas, Nevada, aunque abandonada por los videojuegos, que tienen sus propios acontecimientos. Finalmente, Square decidió no distribuirlo y prefirió invertir el dinero en llevar el Final Fantasy IV de Super NES, un juego mucho mejor, todo hay que decirlo.
El hasta ahora dueño ha asegurado tener el cartucho desde hace 9 años en su casa, y que es la única copia que existe, al menos que él sepa. Evidentemente, asegura que es real y totalmente jugable sin fallo alguno. ¿Os lo creéis?
Quién sabe si será cierto o en una estafa, pero hay alguien que se ha arriesgado y ha confiado en su autenticidad, un comprador que ha pagado nada menos que 50.000 dólares por el cartucho. Damos por sentado que este hombre (o mujer), a parte de ser un gran fan de Final Fantasy, llega a fin de mes sin problemas. ¡que lo disfrute!