Antes de la culminación de un proyecto auspicioso, es normal que se deban descartar algunos segmentos que desde un principio se habían pensado. Esto queda claramente reflejado con lo que han contado los muchachos de Irrational Games, quienes han estado trabajando detrás de Bioshock. En su página web oficial, estos creativos revelaron los aspectos que finalmente tuvieron que dejar de lado al momento de acabar con el juego.
Uno de los que contó algunas de las peripecias del proyecto ha sido Alex Kay. Según las palabras de este creativo, entre las inspiraciones originales para el título se encontraba la creencia de Ken Levine de que era complicado inventar emociones humanas en los juegos. A raíz de ello, lo que se intentó como primera medida para solucionarlo ha sido la de crear interacción entre insectos. En este sentido agregó que el producto iba a incluir una atmósfera muy peculiar en la que las criaturas interactuaran entre sí de forma muy sencilla.
Siendo un poco más explicativo en su comentario, Kay reveló que los cosechadores tenían que conseguir recursos y dárselos a las reinas, quienes eran de tamaños enormes y creaban Adam. En este contexto, comentó, las agresiones se darían contra los cosechadores, y los protectores los defenderían. Por último, contó que terminaron haciendo todo al revés de ello, con criaturas fuertemente humanas que no paran de conversar.