Los más veteranos de la casa recordarán como hace bastantes años los videojuegos eran tremendamente complicados, no en complejidad, sino en dificultad. Muchas veces intentábamos pasar un nivel una y otra vez sin éxito aunque, en vez de abandonarlo completamente frustrados, seguíamos echando las horas muertas a ver si consegúiamos terminar el maldito nivel. Es evidente que con las ansias de expansión de las desarrolladoras y su voluntad de llegar a un público más amplio esto se está perdiendo. Para que más gente juegue hacen títulos a prueba de torpes que terminas en una tarde a lo sumo y dejas los 70 euros encima de la estantería para siempre.
La situación se agrava cuando Nintendo pretende lanzar servicios tales como la SuperGuía, un sistema que hace que la CPU juegue por nosotros niveles que no conseguimos pasar con tan sólo pulsar un botón. Los usuarios se quejan que esto eliminará por completo el carácter desafiante de los juegos.
Nintendo parece que ha comprendido la forma de ver las cosas de sus aficionados más acérrimos y el propio Shigueru Miyamoto nos ha ofrecido unas apaciguadoras declaraciones. Ha comentado que piensan subir el nivel de dificultad de sus juegos, como por ejemplo, de Super Mario Galaxy 2. Asegura que el título sucesor del gran éxito que fue Mario Galaxy será realmente difícil, yo, aunque me muestro absolutamente escéptico, le doy un voto de confianza. De todos modos estoy convencido de que la SuperGuía le arrebata el encanto a los juegos y que muchos títulos necesitan una revisión en su dificultad porque son extremadamente sencillos en todos sus modos excepto en, quizás, el modo difícil.