Siempre desde aquí hemos dado a conocer las diversas medidas que se suelen tomar en distintos países para contrarrestar la violencia en el mundo de los videojuegos. Si bien hemos hablado ya de varias, ninguna se asemeja a la que narraremos a continuación. En esta oportunidad el país en cuestión es Nueva Zelanda, donde se quiere implementar una nueva ley que castigaría duramente a los padres que dejen jugar a sus chicos con títulos violentos.
El hombre encargado de proponer esta medida es un tal Hill Hastings, quien es uno de los máximos responsables de la censura en dicho país. Lo que más llama la atención de su postura son las medidas a las que se llegaría en caso de encontrar culpables a los padres. De hecho dijo que habría penas de hasta cinco mil dólares de multa y hasta condenas de hasta tres meses de cárcel. En eso fue claro, pero nunca explicó con exactitud qué sistema se usaría para encontrar a los infractores.
Según Hastings hoy en día los padres no controlan como se debe a sus hijos, y mucho menos en lo que tiene que ver con el ocio electrónico, sector en el que cree que los niños están mucho más avanzados que los mayores. Por eso mismo insiste en que los padres deben supervisar qué hacen y a qué tipo de productos le echan mano sus hijos.