En los últimos meses, ha nacido una gran polémica sobre los pros y los contras de la venta de videojuegos de segunda mano en las cadenas de tiendas especializadas. No han sido pocas las compañías que han criticado la reventa de juegos usados: EA, Frontier, Epic Games, Atari y, ahora, Take-Two, han declarado que la consideran un problema, ya que no aporta ningún beneficio a las compañías editoras ni a los publicistas.
La empresa distribuidora de la saga Grand Theft Auto no oculta su frustración al respecto. Según su director ejecutivo, Ben Feder, la venta de juegos de segunda mano está causando un impacto negativo muy importante en la venta de juegos nuevos. Así mismo, Feder critica la agresividad con la que la cadena estadounidense GameStop está impulsando este negocio.
Según él, la compañía está tomando algunas medidas para rebajar las consecuencias de este problema y extender el ciclo de vida de un juego, evitando así que los usuarios decidan deshacerse de él. Una de ellas es fomentar el juego en línea y aumentar el contenido descargable. También la salida de la expansión de Grand Theft Auto IV, The Lost And Damnes, tiene el objetivo de revivir el juego después de que hayan pasado unos cuantos meses desde su lanzamiento.
Por otra parte, Mike Hayes, presidente de Sega Europe, ha querido restarle importancia al asunto. Según afirmó en una entrevista, este es un aspecto secundario y no entra en el top ten de preocupaciones de Sega.
Hayes afirmó también que eliminar la venta de juegos usados provocaría un deterioro de la relación existente entre las compañías desarrolladoras y los consumidores y las tiendas que realizan este tipo de operaciones, que son aliadas importantes. Aunque el directivo de Sega en Europa conoce las pérdidas que este asunto provoca para el mundo del videojuego, piensa que es una realidad ya consolidada en el mercado y muy difícil de suprimir sin perjudicar a los usuarios finales.