Video de Kung Fu Panda

Kung fu panda, adaptación de película animada + juego de vídeo: bazofia.

Luego de salir del cine tuve esa sensación que los desarrolladores de Loxuflux intentaron plasmar en su juego para PS3, Xbox 360, Wii, PS2 y Nintendo DS: quiero ser Po.



La película de DreamWorks no es mala, pero sabiendo que un personaje apuntado a los niños sería llevado, indefectiblemente, a un juego de escasa jugabilidad, calidad horrible y poco sentido, me puse un poco triste. ¿Cuál es la necesidad? Que lleva a los desarrolladores, habiendo tantas personas con ideas frescas y novedosas, a adaptar un personaje que gana un éxito momentáneo y arruinar su futuro con un juego inmerecido e INNECESARIO.

El juego no es malo, pero ya desde su concepción no aspira más que a sacar rédito de un personaje en ascenso, lo que a mi entender le quita esa cuota de originalidad que podría intentar buscar.

Los gráficos están bien trabajados y los colores claros que impregnan los escenarios lo hacen ideal para los niños. Pero la jugabilidad y un modo lineal de juego, simplemente recorrer los escenarios con el panda Po para aprender técnicas de combate, muy limitadas, y destrabar nuevos personajes con los cuales repetir la aventura.

El gameplay te mantendrá entretenido, creando combos mezclando golpes fuertes con débiles, y veloces. Pero no es una dinámica que sirva demasiado, más que para pasar el rato. Los niños estarán encantados con este video juegos, siempre y cuando sean pequeñines y no quieran más que golpear enemigos y cumplir objetivos bastante limitados por el escenario.

Es un juego entretenido para pasar un pequeño rato, pero ni sirve si tienes más de 9 años. Además, el personaje ha sido desaprovechado y perdió gran parte del humor que la película entregaba en forma de guiños a los más grandes.

Una nueva muestra de ese antiguo mito que desmerece sobremanera los video juegos inspirados en películas. Rara vez vemos uno que realmente merezca la pena. Es como si poseer la licencia para trabajar con personajes y universos ya diseñados creara una barrera de respeto inquebrantable que termina creando juegos sosos que los padres comprarán porque creen que sus hijos realmente buscan jugar con el panda Po a través de escenarios que remiten a la antigua China.

Lo que todos queremos, ¿no?







 

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