Me perece interesante e importante seguir con este debate porque en la nota anterior hubieron opiniones excelentes de Nighwolf, julio bc, mario junior II, y FOX, entre tantos otros. Por lo tanto, continuando el tema acerca de si la piratería es un mal necesario, que ayuda en la venta de aquellas consolas que permiten indirectamente, a partir de sus tecnologías, el uso de copias piratas, ahora me pregunto qué pasaría si la cultura de los videojuegos cambiara hacia un terreno en el que la piratería no tuviera espacio.
A ver… la tendencia de los juegos está cada vez más inclinada hacia la adopción de Internet, de hecho hoy se lanzó el Canal de Nintendo en España, que expande las posibilidades informativas de la consola (permitiendo probar demos de títulos de DS, ver videos de nuevos lanzamientos, y más), sin embargo, en este mundo online existen métodos estrictos capaces de discriminar entre copias legales e ilegales de los juegos, con lo cual se bloque el acceso a las partidas en red. Éste es probablemente la mayor movida en contra de la piratería, porque finalmente los juegos legales están presentando beneficios concretos. La excusa de comprar un título original ya no está limitada a tener el manual del juego o el lindo y decorado estuche, sino que ahora estamos hablando de mayores opciones de juego.
El hecho de enfrentar a amigos y/o desconocidos de distintas partes del mundo a través de nuestros juegos favoritos es algo extraordinario, a tal punto que nos incentiva a comprar un juego original, aún sabiendo que, por el precio de la copia pirata, podemos tener más de 15 títulos.
Obviamente que no todos los videojuegos soportarán capacidades online, ni tampoco todos los juegos nos motivarán a jugarlas en el caso de tenerlas. Y es que uno debe exigir, en este marco, que se nos venda un producto de calidad. Ya he hablado mucho de las desastrosas propuestas de juegos basados en películas, tales como Iron Man o Transformers, y evidentemente ninguno de los dos me motivan a comprarlos de forma original. Por el contrario, me llevan a tenerlos a través de las copias piratas como consecuencia de su nivel gráfico y jugable.
Una de las opiniones que se vertió en el artículo anterior, de FOX, decía del placer de comprarse y poder decir que se tiene una copia original. Sí, comprar un juego original da muchísima satisfacción, e incluso hace que lo valoremos aún más porque hemos gastado mucho en el mismo. Creo que para consolidar esta imagen, se hace necesario aprovechar el uso de la red, para que uno pueda tener contenidos extra y nuevos, extendiendo la vida del producto. Sin embargo, también hay que cuidarse de caer en malas compras, como pueden suponerlos los títulos que mencioné más arriba.
Si las empresas desarrolladores de juegos no bajan sus costos, entonces tienen que ofrecernos una calidad y una propuesta de entretenimiento acorde con el gran esfuerzo que hacemos, porque vuelvo a lo mismo: ningún chico de 12 ó 17 años tiene la independencia económica como para comprarse un juego de 70 dólares, y por lo tanto su dinero vale mucho más de lo que en realidad es. De esta forma, lo que pasó con la nena de 10 años, que se sintió ofendida -con justa razón- cuando Wii Fit le dijo «Gorda» no tendría que pasar xD