Si eres amante de los videojuegos de aventuras, tienes una cita obligada todos los años, aproximadamente en noviembre. Por esas fechas, año tras año, se lanza una nueva entrega de Assassin’s Creed, la saga más importante de la editora Ubisoft. ¿Qué nos tienen reservado los franceses para la “temporada videojueguil” 2013-2014? Vamos a estudiarlo detalladamente.
Este año, tenemos en las tiendas Assassin’s Creed IV: Black Flag, un juego que se ha desarrollado, ya, pensando en las consolas de nueva generación. Pero, por ahora, tenemos las versiones de las máquinas mayorcillas, PS3, Xbox 360, PC y, poco después, Wii U. Los usuarios que, todavía, se apañen con estas consolas, y quieran esperar un tiempo para comprarse una nueva, podrán disfrutar, un año más, de un gran juego de aventuras, pero que no esperen revoluciones, porque en Assassin’s Creed IV, no las hay.
Esto es lo que suele pasar con las sagas anuales: se acaban haciendo repetitivas. Pasa con Call of Duty, y pasa con FIFA o Pro Evolution Soccer. Cuando hablamos de productos software de un tamaño gigantesco como el de estos juegos, es imposible pensar que, en tan solo 365 días, que se pasan corriendo, se pueden introducir variaciones estructurales considerables. Por eso, en Assassin’s Creed 4: Black Flag, tenemos de nuevo una aventura genial, más pulida y con un nuevo argumento, pero que es bastante parecida a Assassin’s Creed 3.
En esta ocasión, los piratas del Caribe son los protagonistas, un ambiente que encanta al público generalista, sobre todo desde que lo volviera a poner de moda Disney con su saga cinematográfica homónima. Edward Kenway es el nuevo antepasado-asesino, y es un pirata. Por tanto, en esta ocasión abandonamos las ciudades donde pegamos saltos habitualmente, para hacerlo entre barcos pirata. Se trata, Assassin’s Creed 4, de la entrega más grande de la saga, muy divertido y con una historia muy interesante, pero puede llegar a ser confundido con una expansión de Assassin’s Creed 3, por el parecido a nivel gráfico y jugable con este título.
Ya veremos qué pasa con las versiones de Xbox One y PlayStation 4, a nivel gráfico deben ser impresionantes. Mientras tanto, tenemos un juego que es extraordinario, y que ha costado una millonada, pero tiene un punto débil: que lleva siendo, la fórmula, igual desde hace mucho tiempo, y es posible que muchos jugadores necesiten algo nuevo. El año que viene, el juego debe re-inventarse, tenemos consolas nuevas y hay que hacer cosas nuevas. Si Assassin’s Creed se mantiene igual, seguirá gustando a mucha gente durante un tiempo, pero al final, hasta el público más conformista acabará cansándose de lo mismo.