Son muchas las cosas buenas las que los occidentales nos hemos perdido en la historia de los videojuegos. Existen montones y montones de juegos de gran calidad que se han hecho en Japón y nunca han cruzado las fronteras del país, por desgracia para nosotros.
Muchos culparán a las productoras japonesas, egoístas las llamarán. Pero lo cierto es que muchos juegos no se pueden traer a occidente porque aquí no se venden, así de claro. Eso es lo que pasó durante mucho tiempo con los RPGs, y aún sigue pasando con bastantes.
La saga de rol Dragon Quest es el más claro ejemplo de esto. Es la serie de juegos más querida por los japoneses, cada lanzamiento suyo nuevo se convierte instantáneamente en un boom de ventas en el País del Sol Naciente. Pero lo cierto es que muchos de los juegos de la saga no llegaron a Estados Unidos, y ninguno se editó en Europa hasta que Enix se fusionó con su archirrival, Square. Dragon Quest VIII: El Periplo del Rey Maldito (PlayStation 2) y Dragon Quest IX: Centinelas del Firmamento (Nintendo DS), ambos desarrollados por Level 5, fueron las primeras entregas a las que los españoles pudimos jugar.
Pero todos esos años de vacío provocaron que nos perdiéramos joyitas como Dragon Quest 7, el único capítulo de la saga desarrollado para PlayStation One. A diferencia del salto enorme que pegó Final Fantasy en su llegada a la consola gris de Sony, Enix permaneció fiel a su forma clásica de hacer los juegos, y esto no le supuso una desventaja: Más de 4 millones de copias del juego se vendieron tan solo en el país nipón, o sea, un dineral para la empresa.
Ahora las cosas funcionan de forma diferente, y Square Enix busca sacar pasta a base de hacer remakes de sus juegos antiguos, mientras sus principales equipos de trabajo se pierden en interminables desarrollos de Súper-Producciones. Aparte de los mil millones de versiones de los Final Fantasy antiguos que vemos editarse continuamente, la empresa japonesa le encomendó al estudio ArtePiazza, encargado de tareas de diseño gráfico y diseño de escenarios en los episodios clásicos de Dragon Quest, la tarea de desarrollar los remakes para Nintendo DS de los capítulos 4, 5 y 6 de la franquicia. El resultado fue de más de 4 millones de copias vendidas entre los 3 juegos.
Si cada remake de Dragon Quest asegura alrededor de un millón y medio de ventas, es tontería dejarlo aquí. Así, habiendo pasado un par de meses tras su anuncio, el antes mencionado Dragon Quest VII vuelve a las tiendas japonesas tras 13 años, en este caso para Nintendo 3DS, y Famitsu desvela los resultados obtenidos por el juego en sus primeros días: más de 1 millón de copias vendidas, lo que prueba que la saga sigue teniendo un tirón muy grande, a pesar de haberse pasado al modelo MMORPG en su última entrega (Dragon Quest X – 600.000 unidades vendidas).
Ahora la duda es: ¿Llegará el juego a occidente? Aún no se ha confirmado este extremo, pero teniendo en cuenta que los anteriores remakes sí que lo hicieron, aun con mucho retraso, es bastante probable que la respuesta sea afirmativa.