Trucos en breve 😉
Análisis
La saga Splinter Cell nació como un rival de Metal Gear Solid, ofreciendo un mecanismo de juego centrado en la infiltración y el sigilo, al igual que ocurre en la IP de Konami. Pero han pasado los años y la serie protagonizada por Sam Fisher no ha parado de evolucionar, introduciendo en sus últimas entregas grandes dosis de acción.
Ubisoft ha montado un nuevo estudio ubicado en Toronto, al que ha encargado la realización de un nuevo Splinter Cell. Su directora es jade Raymond, una de las creadoras de Asassin’s Creed, antecedentes que se notan de forma evidente en la nueva aventura.
Porque en Splinter Cell: Blacklist nos encontramos con un Sam Fisher totalmente rejuvenecido. Ya no es el veterano que manejábamos en Conviction, su estado físico es mucho mejor, y muestra una agilidad impropia de él, así como una velocidad mayor. Corre, salta sobre cualquier cosa, escala paredes… en definitiva, está en plena forma. Este rejuvenecimiento también ha implicado un cambio en la voz de Sam. El actor de doblaje que lo encarnó en aventuras anteriores, Michael Ironside, sede su plaza a Eric Johhson, quien también ha puesto su cuerpo para la captura de movimiento. Johnson ha trabajado en papeles secundarios de series como Alcatraz y Smallville.
Splinter Cell: Conviction era, posiblemente, el capítulo más violento de la serie. En Blacklist, aunque se mantiene buena parte de la acción que caracterizaba a la anterior edición de la saga, se retoman de nuevo los elementos de sigilo e infiltración que caracterizan a Splinter Cell. Sam Fisher hace uso de sus nuevas habilidades para no ser descubierto, aunque en muchas ocasiones puede elegir liarse a tiros directamente y acabar con todos sus enemigos.
Hay varias cosas de Conviction que sobreviven en Blacklist. Por ejemplo, permanece la barra que aparecía en los combates cuerpo a cuerpo y que, al rellenarse, permitía utilizar ataques especiales. También se pueden realizar ataques en cadena, y esta vez los asesinatos son aun más impresionantes.
Una novedad interesante es la posibilidad de interrogar a los enemigos que se capturen. Esto no pertenece a una secuencia cinemática ni a un momento concreto de la aventura, cualquier rival que caiga en nuestras manos podrá ofrecernos información interesante. Esto, además, puede persuadir a muchos jugadores de liarse a tiros sin pensar en lo ético de sus actos.
Sam Fisher es ahora el líder de 4th Echelon, una unidad de soldados que trabaja directamente para el presidente de Estados Unidos. Esta unidad debe enfrentarse a un grupo terrorista que estima inaceptable que Estados Unidos tenga presencia militar en dos tercios del planeta. Se ha puesto en marcha una cuenta atrás con la amenaza de acabar con intereses de la superpotencia situados por todo el globo. Es la llamada “Lista Negra”.
Splinter Cell: Black List presenta suficientes novedades para despertar el interés tanto de los fans de la saga como de los neófitos. Sam Fisher ha rejuvenecido, queda en manos de los aficionados decidir si ha ocurrido lo mismo con Splinter Cell.