Corriendo en paralelo con el constante e incansable andar de la industria de los videojuegos, el mundo de los desarrolladores independientes (indies, como se los conoce mejor) crece exponencialmente año tras año. Obviamente esto no es reflejado directamente por la mayoría de los sitios y revistas especializadas del sector, principalmente porque obviamente no se tratan de de juegos con mucho marketing encima como para atraer a lectores y internautas a consumir estas publicaciones. Sin embargo, los juegos indies, están ahí, en su mayoría tienen una tremenda accesibilidad, y sobre todo, cada vez son más.
Una de las formas más accesibles para conocer todo este tipo de producciones es, sin lugar a dudas, el Independent Games Festival (IGF), un evento que reúne más de 400 juegos indies de todo el mundo, premiando a los más destacados en diferentes categorías, como arte, sonido, calidad visual, etcétera. Normalmente, muchos de los juegos que se presentan en este certamen, se dan a conocer en el gran público, empiezan a ser tenidos en cuenta en publicaciones especializadas luego de ser destacados en el IGF, sin embargo, este año se dio el caso inverso. Esta semana se dieron a conocer a los finales del evento, que entrega un premio de 20mil dólares, y entre ellos figuran Minecraft y Amnesia: The Dark Descent. En ambos casos estamos hablando de dos títulos que ya cuentan con una gran base de seguidores destacándose de gran manera en la industria.
El primero de los casos es, probablemente, el juego más famoso por estos tiempos, una interesantísima creación del programador sueco Markus «Notch» Persson que nos permite ingresar en un mundo completamente creado por cubos y diseñar mapas y escenarios distintos como nosotros queramos. El segundo caso es un juego de corte más tradicional, un juego de terror en primera persona, en el que debemos recorrer distintos lugares, escapando de todo tipo de peligros. Si bien, a diferencia de Minecraft, este juego no presenta enormes innovaciones desde la jugabilidad, la imaginativa manera con que Amnesia logra sumergirnos en este claustrofóbico y opresivo mundo es lo que logró que se destaque.
Muy probablemente, estamos en prescencia de dos de los mejores juegos del año, dos maravillas que no necesitaron de enormes campañas de publicidad ni de astronómicos presupuestos para darle a los gamers lo que ellos desean más que cualquier otra cosa, jugar a un buen videojuego. Otro de los finalistas, se trata de Cave Story, un juego lanzado hace un tiempo largo ya, una suerte de homenaje a los títulos clásicos de plataformas en 2D. La popularidad del juego fue tan grande que tuvo una remake para Wii, disponible en su canal de descargas WiiWare. En efecto, los juegos indie se están cada vez dando más a conocer. Enhorabuena.