Le costó llegar a occidente pero logró salir. No sé en el resto del mundo, pero al menos lo que es en España la distribución resultó poco menos que vergonzosa. Una vez salvado ese problema, cualquiera que se haga con una unidad de este juego podrá apreciar el mimo que pone Vanillaware, creadores de Odin Sphere (PS2) con este juego.
Muramasa: The Demon Blade es un juego para la consola Wii que en principio pudiera parecer un simple juego Hack´n slash (es decir, de repartir espadazos). Pero no, para nada. Tras esos decorados 2D tan conseguidos nos encontramos con que obviamente tendremos que repartir mandobles a golpe de espada, pero tendremos además que vigilar varios puntos. Para empezar, tendremos un mapeado que hay que visitar en varias ocasiones de un lado a otro, y de esta forma poder continuar más adelante (o más atrás, según se nos pida). Por tanto, el juego dentro de sus 2D, no es lineal, sino que tiene tintes de exploración, aunque por supuesto dándole predominio a los enfrentamientos.
Kisuke y Momohime son los protagonistas de esta aventura que tendrán puntos en común a lo largo del juego, pero cada uno su propia historia, por lo que acabar con uno no significa terminar el juego, sino una de las dos historias que se nos cuenta. Ambos coleccionarán sables, los cuales podrán proporcionárnoslos los jefes que las custodian. El total de espadas disponibles asciende a 108, y cada una tendrá un poder específico, lo cual nos vendrá bien para los enemigos. De todas las que conseguiremos podremos equiparnos con tres distintas, lo que añade un componente estratégico a los combates con los enemigos. También las espadas se romperán con el uso, por lo que deberemos cambiar a otra si queremos tener alguna posibilidad de sobrevivir. De esta manera las espadas rotas se regenerarán mientras seguimos jugando. También habrá que usar objetos variados que compraremos en tiendas, entre ellos comida para llenar nuestra vida, que además podremos mejorar conforme vamos subiendo de nivel y ganando experiencia. Podremos jugar con Wiimote, mando clásico o mando de GameCube, por lo que las opciones de control son más que buenas. Otro punto positivo para este juego.
Mención especial para el aspecto gráfico o mejor dicho artístico. Son 2D, pero de las bien llevadas, con gracia, con grandes enemigos, nítidos y bonitos. Grandes sprites que lucen bien y que nos hace ver que Wii si quiere puede. Las 2D más parecidas en cuanto a un estilo parecido al dibujo… Las más cercanas las tendríais en Wario Land: The Shake Dimension. Por supuesto era por poner un simil a nivel de arte con sprites, luego no tienen nada que ver jugablemente.
La música y las voces en japonés (en España además con subtítulos en español) terminan de redondear un juego que, hay que reconocer, no se ha llevado todo el mérito que debería. Estamos ante uno de esos juegos que pasarán desapercibidos para la mayoría de público, en parte debido a una distribución pésima. Una lástima. Vosotros que lo estais leyendo aquí… No paseis por alto el juego, atreveros con él porque es, al menos para mí el mejor de Wii lanzado en 2009, precioso, largo y rejugable.