Hace ya algún tiempo publiqué en esta misma publicación digital noticias incluso un artículo de opinión acerca del tema de la censura en los videojuegos. El caso que hoy nos ocupa está directamente relacionado con el tema y roza muy de cerca lo que es el límite admisible, el alarmismo innecesario y la locura colectiva. El Ministerio de Cultura chino (si a eso se le puede calificar como tal) ha prohibido a las páginas webs que distribuyan juegos con tematica de mafiosos o gangsters ya que son una malísima influencia para la juventud.
Después de este insensato y absurdo movimiento por parte del Gobierno Chino han declarado que los juegos con temática gangster glorifican a los criminales e invitan a la gente, sobre todo a los jóvenes, a cometer actos delictivos. A todo esto yo me hago una pregunta, ¿hay alguien en el dichoso Ministerio de Cultura Chino que haya jugado a algún juego de estas características? ¿Hay alguien en el Ministerio de Cultura Chino que haya jugado a cualquier tipo de juego? No, lo siento, la señora de la limpieza no vale. Siu lo hubieran hecho se hubieran percatado de que se trata de una realidad virtual, un mundo ficticio, no existe, ocurren cosas extravagantes, imposibles, divertidas, violentas, pero, ¡no existe! Esa es precisamente la gracia.
Es evidente que si un niño de 12 años se tira todos los días pegado al Grand Theft Auto puede verse perjudicado, pero señores, para eso existen códigos como el PEGI, los cuales advierten a los padres sobre los contenidos aptos o no aptos para sus hijos. En fin, otro producto más del desconocimiento, el miedo irracional y las ansias de control y poder sobre los demás. El problema es que hay otros muchos países menos extremistas que tampoco parecen darse cuenta de la diferencia entre realidad y virtualidad cuando seguramente la mayoría de jugadores si la percibimos.