La secuela del exitoso juego de aventura y acción de Capcom, Lost Planet, llega de manera simultánea a PS3, Xbox 360 y PC para continuar contando la historia de la guerra contra la raza alienígena Akryd.
Ambientado varios años después del original, el mundo de Lost Planet ahora ha comenzado a descongelarse. La ambientación es mucho más variada, selvática, montañosa, y nuestro héroe deberá recorrer grandes extensiones de terreno mientras nuevos diseños extraterrestres hacen acto de presencia en un juego que rebosa acción y aventura.
El nivel gráfico alcanzado es uno de los puntos más sobresalientes de lo demostrado hasta la fecha, con hierbas y árboles que realmente se mueven según las direcciones que toma el viento, escenarios que son alterados en tiempo real por nuestros actos, la gente de Capcom ha creado realmente un juego que está técnicamente en lo más alto de la nueva generación.
El modo cooperativo de Lost Planet 2 es fluido e igual de sorprendente, con Akrds gigantes pululando por los alrededores y esa adrenalina que siempre agrega poder destruir enemigos en compañía de un amigo.
La división episódica permitirá invitar a otros jugadores en momentos determinados, y si jugamos en solitario el resto de personajes serán controlados por una Inteligencia Artificial de lo más elaborada de los últimos tiempos.
Otro cambio interesante que se pudo apreciar en la demo, y en los dichos de Jun Takeuchi productor principal, es que la linealidad de las pantallas ha sido eliminada, permitiendo caminos alternativos y aumentando el valor de rejugabilidad del título.
Siempre atentos a la vieja escuela de juegos arcade por puntuación, al terminar cada episodio aparece una pantalla con estadísticas que permitirá a los jugadores descubrir que parámetros les falta conquistar para convertirse en los mejores. Otro componente interesante para la competición y la vida útil del juego.
Gráficamente impresionante, con una jugabilidad muy adictiva, Lost Planet 2 llega a la nueva generación para divertir a base de acción y aventura, disparos, monstruos gigantes, escenarios gigantescos, ¿Qué más se puede pedir?