Tomb Raider: Underworld es el tercer título de la saga de Lara Croft diseñado por la gente de Crystal Dynamics, los responsables de darle un lavado de cara a nuestra arqueóloga favorita y ponerla en el ruedo en las consolas de nueva generación.
La principal característica del nuevo mundo en el que Lara se mueve, según se jactan los creadores de Underworld, es que reacciona y recuerda. De esa manera nuestro personaje puede causar daños irreparables, dejar marcas en el suelo, dejar cadáveres que no desaparecerán, y darle aún mayor sensación de realismo.
Las luces y el aspecto gráfico del título son uno de los principales aspectos que han decidido mejorar, para dar un aspecto aún más real a la jungla y a los ambientes que Lara explora en su aventura.
En cuanto al aparatado jugable, es interesante el esfuerzo puesto en la mezcla de mecánicas. A diferencia de títulos anteriores, donde cada etapa estaba relativamente marcada: disparos, puzzle, acrobacias, disparos de nuevo. Crystal Dynamics ha buscado integrar de manera eficiente las diferentes acciones para darle mayor vida a Lara en cada una de sus acciones.
La historia continua y explica algunos eventos que suceden hacia el final de Tomb Raider Legend y Tomb Raider Aniversario, con la diferencia de que se han eliminado las escenas interactivas, y han sido reemplazadas por “Momentos de adrenalina”, en los cuáles el tiempo se ralentiza y tenemos la oportunidad de controlar a Lara y evadir el daño, una forma interesante de evitar los tan utilizados Quick Time Events.
Tomb Raider: Underworld salió a la venta a finales de diciembre de 2008, en sus versiones de Play Station 3, Nintendo Wii, DS, Xbox 360, N-Gage 2.0 y PC, y su versión adaptada a Play Station 2 será lanzada en algún momento de 2009, como demostrando que la mejor consola de Sony hasta el momento aún no quiere morir.