Antes de escribir cualquier análisis de un juego basado en el popular animé Dragon Ball Z, es necesario manifestar que no importa cuantos años hayan pasado desde que esta entretenida historia de guerreros se dejó de transmitir: aun sigue viva en el corazón de muchos fanáticos tanto de la vieja escuela como de las nuevas generaciones y es por eso que ATARI, después de haber obtenido la licencia hace un buen tiempo atrás, saca constantemente títulos para mantener prendido el ki propio de un saiyajin.
Es así como llega a las consolas de nueva generación (Playstation3 y Xbox360) “Dragon Ball Z – Burst Limit”, una entrega completamente realizada en alta definición que entrega mucha diversión a los fanáticos, pero que lamentablemente peca de repetitiva en cuanto a su modo historia. Es importante ser honesto: todos los juegos de Dragon Ball Z son iguales. Por supuesto han mejorado las técnicas de programación, el modo de pelea y se han cambiado algunos parámetros haciendo juegos cada vez más dinámicos y acordes a la serie original (Burst Limit es un buen ejemplo), pero el derrotar un millón de veces a Freezer, Cell y compañía es algo que lamentablemente hace pensar “¿porqué no lanzan sólo un juego de DBZ por generación que incluya todos los personajes de una sola vez?” En Burst Limit recorreremos la historia desde la llegada de Raditz (el hermano de Gokuh que viene a conquistar la Tierra) hasta la batalla entre un joven Gohan contra el malvado androide perfecto llamado Cell. Es así como quedaremos con gusto a poco cuando no podamos ver pelear a Gokuh en tercer nivel contra Majin Boo o un pequeño cameo de personajes como el último de los dragones malvados de Dragon Ball GT. Una lástima que demuestra lamentablemente la evidente estrategia de sacar uno o dos títulos adicionales que incluirán todos los personajes.
Pero bueno, no todo es malo y por lo mismo ahora iremos de lleno al título: en primer lugar el juego cuenta con un apartado gráfico de lujo. Ciertamente los programadores aprovecharon las bondades del High Definition y gracias a ello podremos apreciar un universo realmente hermoso lleno de detalles, personajes muy bien logrados y texturas increíbles. Además el apartado sonoro es estupendo aprovechando la salida 5.1 que poseen ambas consolas con temas musicales bastante acordes a las batallas e incluye además la opción de escuchar todas las voces en japonés para no tener que soportar el horrible doblaje que realizan en los Estados Unidos.
El control no es gran novedad si es que has jugado los títulos “Budokai” de las consolas anteriores (atención: “Budokai”, NO “Budokai Tenkaichi” en los cuales es distinto), pero posee novedades como la ausencia de carga de energía (lo cual era realmente molesto) que fue reemplazada por una barra que se carga en forma automática y se ocupa utilizando habilidades especiales como transformarse, lanzar tu movimiento especial (algunos bastante vistosos) o potenciar tus ataques para enviar a tu enemigo a un real cóctel de golpes en secuencias animadas. El juego es mucho más dinámico ya que, cuando utilizamos esta energía, podremos con solo un botón quedar detrás de nuestro oponente el cual, si es hábil, podrá repetir este movimiento haciendo que la batalla sea difícilmente perceptible por nuestros ojos (y por supuesto dando toda la emoción propia de la saga). Además de competir contra la computadora en un modo historia donde desbloqueas escenas que puedes utilizar en el modo versus (lo cual da un aire bastante “animación” a la pelea), podrás también competir por primera vez en línea contra todo el mundo ya sea por los servidores de Xbox-Live o por la Playstation Network.
Sin duda alguna DBZ Burst Limit es un juego muy entretenido para los amantes del animé, pero lamentablemente puede ser un poco corto y repetitivo para quienes busquen algo nuevo ya que, salvo pequeños detalles y el sólido modo en línea, el juego es similar a los de sagas anteriores. Recomendado para fanáticos y cabe mencionar que las cargas son ligeramente menores en PS3 a su vez que el juego luce más brillante en la consola de Sony (¿el Blu-Ray empieza a ganar terreno?)