Hace poco, andaba por la calle y vi el mupi de una nueva película de animación 3D: Rompe Ralph. Estaba bastante desconectado de la actualidad cinéfila en ese momento, así que no me llamó la atención, supuse que sería otra de esas tonterías para niños de las que salen 15 al año. Pero, al cabo de un instante, me di cuenta de que, entre el grupo de personajes que se veían en el cartel, estaban algunos viejos conocidos de esta, nuestra industria gamer: Zangief, Bison, Bowser, Sonic… ¿Qué hacen todos estos muñecos, marcas registradas de empresas diversas, todos juntitos? ¿Acaso Capcom ha hecho otro crossover?
No, es la nueva película de animación de Disney. Pero no de Pixar, de Disney, la de toda la vida, Acabé yendo a verla arrastrado por un amigo y la verdad es que hace tanto tiempo que Disney, más allá de Pixar, no hace una película buena, que entré con gran recelo en la sala de cine. Pero, ¡Vaya sorpresa! Parece que aún queda algo de la magia que esa empresa demostró en el pasado con clásicos como El Rey León o La Bella y la Bestia.
La bonita historia de Toy Story quedó cerrada después del estreno de la tercera parte de la trilogía. Ahora, Disney nos trae algo parecido pero muy distinto. Si la serie de Pixar presentaba un universo en el que los juguetes cobraban vida y sufrían y amaban de la forma en la que solo un juguete puede hacerlo, en Rompe Ralph! presenciamos una historia en la que, cuando las salas de recreativos cierran y los jugadores se van, la vida de los personajes que protagonizan los juegos sigue adelante.
Rompe Ralph es un personaje de un videojuego retro que cumple ya 30 años en la sala, y comparte espacio con Street Fighter 2, Pacman y juegos mucho más modernos, como Hero’s Duty, un Shooter futurista, y Sugar Rush Speedway, una copia de Mario Kart en un mundo lleno de dulces.
Ralph es el malo de Repara-Felix Jr, un título en el que se dedica a destruirlo todo, mientras el héroe, Félix, debe repararlo con su martillo. Cuando Felix lo arregla todo, Ralph es lanzado al barro por los vecinos del edificio que intenta destruir, que galardonan al bueno del juego con una medalla. Y lo peor de todo para el personaje es que, cuando el salón recreativo cierra, todos hacen fiestas y comen pasteles, mientras él se va a dormir solo, en un vertedero.
Harto de la situación, Ralph decide que quiere ser el bueno, y huye de su juego para conseguir una medalla en otro arcade. En su aventura, conocerá a Venellope Von Schweetz, una niñita que es para comérsela, pero en realidad es un “glitch”, un fallo del juego de carreras Sugar Rush Speedway, que tiene el deseo de competir en una carrera, algo prohibido para los que son como ella.
Una historia sencillita, pero bien contada, que os divertirá y emocionará por igual. Además, los frikazos gamers como yo disfrutarán de los cameos de Sonic, Ryu, Pacman y compañía. Id a verla si tenéis un rato.
Por cierto, en la página oficial de la película podéis jugar a los tres videojuegos originales creados para la ocasión: Repara-Felix Jr, Sugar Rush Speedway y Hero’s Duty.