Esto del Assassin’s Creed ya me está oliendo un poco mal, algo así como el tufillo inmundo que despiden los juegos que pretenden vender millones de unidades y quieren explotar a toda costa un nombre aunque la calidad de sus productos se vea seriamente mermada. En la primera parte nos vendieron prácticamente humo, un envoltorio magistral y una productora (Jade Raymond) de escándalo para un juego repetitivo, tedioso y aburrido; tuvimos adaptación para Nintendo DS y Bloodlines en PSP; ahora que llega la segunda parte vuelven las ramificaciones y las adaptaciones a portátiles.
En este Tokyo Game Show 2010 acaban de anunciar Assassin’s Creed II: Discovery, la nueva entrega de la saga para la portátil de doble pantalla nintendera. Ubisoft sigue exprimiendo la gallina de los huevos de oro (desconocemos aún si lo hace con fundamento, es decir, si merecerá la pena). Tras Altair’s Chronicles, el anterior título de los asesinos en la consola vuelve Assassin’s Creed en una aventura de sigilo, exploración y acción con un entorno 3D a priori, interesante. Pocos detalles se conocen de este anuncio sorpresa, Ubisoft ha añadido que estará ambientado en España y no en Venecia como su hermano mayor que aparecerá en X-Box 360, PS3 y PC. Además una característica que me ha llamado bastante la atención es la posibilidad de poder hacer fotografías con la cámara de DSi y colocar nuestras capturas sobre el escenario. Este cambio de ambientación no me huele bien, al igual que tampoco lo hace la característica de las fotos.
Aún más raro es que su fecha de lanzamiento sea el 17 de noviembre, justamente la misma fecha en la que hará aparición Assassin’s Creed II. Es extraño que sin saber nada del juego se nos anuncie con menos de dos meses de antelación, no sé si por dar la sorpresa o porque lo están programando deprisa y corriendo. El hecho de que coincida es meramente una estrategia comercial para aprovechar toda la campaña de marketing al máximo, quizás la presión de la fecha límite presione a los desarrolladores y se vean obligados a entregar un producto mediocre, mucho me temo que seguramente será así.