Los Cazafantasmas regresan con todo en un título para varias plataformas (Nintendo Wii, DS, PC, Xbox 360, PSP, PS3, PS2) que promete aprovechar al máximo las características de control y gráficas de cada una de las consolas.
Lo primero que hay que destacar es que la trama cuenta con la aprobación y el trabajo de los creadores originales, por lo cuál fácilmente podríamos considerar a Los Cazafantasmas: El Videojuego, como la tercera película jamás filmada del singular grupo de cazadores de fantasmas de Nueva York.
Un detalle muy importante, y no menor, es que El Videojuego cuenta con la presencia, virtual de los actores Dan Aykroid y Harold Ramis, miembros del elenco y en gran parte los creadores de la saga.
De todas maneras, en el apartado jugable, la primera palabra que viene a la mente cuando jugamos una partida es: destrucción. Nuestras mochilas de protones, utilizadas para atrapar a los fantasmas que pululan por la ciudad, destrozan todo tipo de estructuras al entrar en contacto con ellas, así que lo prolijo de los escenarios se verá totalmente desequilibrado cuando entremos en acción.
La desarrolladora Terminal Reality, en trabajo conjunto con Vivendi Games, ha creado un motor gráfico exclusivo, llamado Infernal Engine, que da vida al mundo virtual de los cazafantasmas, con un despliegue que realmente se encuentra a la altura de los títulos de nueva generación (nos referimos a las versiones de Xbox 360, PS3 y PC).
Otro detalle interesante, relacionado con lo técnico, es las capacidades de fusión entre los fantasmas y el entorno. Nos encontraremos, en más de una ocasión, luchando contra sillas endemoniadas, bibliotecas asesinas y todo tipo de objetos que, al entrar en contacto con las figuras fantasmagóricas, cambiarán para representar una nueva amenaza.
Esto le da una gran variedad a un título en el que todo el entorno es destruible, por lo cuál nuestras aventuras en Los Cazafantasmas: El Videojuego seguramente nos tendrán atados a la silla por horas mientras buscamos descubrir cuál será nuestro próximo enemigo.