Hasta el momento, no habíamos parado de recibir buenas noticias por parte de Microsoft para fortalecer su consola. Sin embargo, ha llegado el momento de “soltar prenda” y contar también las noticias que no son tan del agrado del jugador.
La ampliación de opciones en la consola también abre el mercado a nuevas vías de explotación, a partir de las cuales Microsoft puede sacar tajada. Este es el caso de la inserción de Microsoft Silverlight, que para quien no lo sepa está basado en Windows y es un complemento para navegadores de Internet. Su función es agregar nuevas funciones multimedia (similar a Flash), como por ejemplo, publicidad. Este dato ha sido desvelado por Major Nelson, nada más y nada menos que el Director de Programación de Xbox Live.
Xbox Live
Por desgracia, cada vez que iniciemos nuestro menú principal de la consola encontraremos todo tipo de anuncios (no sólo de juegos) en el dashboard, como si no fuera ya suficiente la publicidad que nos aborda día a día, como para invadir también nuestro queridísimo espacio personal dentro de la consola. Posiblemente nos resulten familiares dichos anuncios porque también aparecerán en otras plataformas.
Corre el rumor de que sólo los usuario que no sean Gold, serán los que sufran dicha utopía cada vez que carguen su menú Xbox Live.
Eso sí, Major Nelson también asegura que en ningún momento interferirá en nuestra experiencia de juego, sino que simplemente la mejorará. Yo, personalmente, no me lo creo. Por mucho que aparezcan pocos anuncios, será molesto. ¿Cómo se mejora la experiencia de juego desde el interfaz?. La única opción aceptable que yo vería con buenos ojos sería hacer coste cero el servicio Live a cambio de insertar publicidad. ¿Qué pensáis de ello? ¿Preferís pagar y no ver ningún anuncio, o por contra, os da igual que haya anuncios a cambio de que el bolsillo no se resienta?
Yo sinceramente espero que esta estrategia comercial no se extienda a otras consolas porque “prostituiría” (con perdón de la expresión) aun más un sector que ya de por sí está sobrecargado. Dejemos al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.