Ryse: Son of Rome, mucho ruido y pocas nueces

ryse-son-of-rome-11PlayStation 4 y Xbox One se han puesto a la venta sin demasiadas exclusivas de valor, sobre todo por el retraso de juegos como Drive Club. Aunque se han vendido bastante bien estas navidades, unos 6 millones de unidades entre las dos, si uno lo analiza un poco detenidamente, no encuentra demasiados motivos, por ahora, para comprar una consola de nueva generación. Con una PS3 o una Xbox 360, somos muy felices.

Hemos hablado ya sobre algunas exclusivas de Xbox One, como Killer Instinct o Forza Motorsport 5. No eran maravillas, pero estaban bastante bien. Hoy, nos referimos a un juego que sonó mucho en su día, del que se hicieron grandes campañas publicitarias, aunque al final la cosa no era para tanto. Se trata de Ryse: Son of Rome.

Los meses previos al lanzamiento de Xbox One, leímos mucho sobre Ryse: Son of Rome. Hubo un gran número de páginas web en las que los analistas declaraban su interés por el juego, parecía que se avecinaba una obra maestra. Va a ser cierto eso que dicen de que Microsoft paga a bloggers y youtubers para que hablen bien de sus juegos, porque nadie que tuviera dos dedos de frente podía ver algo especial en este juego.

Ryse: Son of Rome era un juego pensado en primera instancia para Kinect, pero a mitad de camino, se decidió llevarlo a Xbox One. Y aquí reside su punto fuerte, porque es la belleza gráfica del juego lo que más destaca. Ahora que estamos probando los juegos de la nueva generación, nos impresiona el nivel de detalle de los escenarios de Ryse: Son of Rome, es un gusto verlo. Pero jugarlo, no tanto.

Se trata, el juego, de un hack and slash ambientado en la Roma clásica, con un guión que parece sacado de la típica película comercial de Hollywood, lleno de clichés y sin profundidad ninguna. Y como hack and slash, es tremendamente repetitivo.

Tenemos varios botones de acción, que sirven para golpear con la espada, rodar por el suelo, romper defensas… y poco más. A medida que recorremos las pantallas del juego, nos van saliendo adversarios, montones de ellos, y la forma de enfrentárseles es básicamente la misma siempre. Si bien hay golpes brutales y sangrientos, aburren después de no mucho tiempo.

Los golpes finales se realizan mediante QTEs, pero son muy simples, muy fáciles. Sin duda, si se hubiera seguido con la idea de hacer un juego-Kinect, podría haber quedado algo entretenido, pero Microsoft ha querido tener su propio God of War, y se ha llevado un chasco, porque Ryse: Son of Rome no puede ni compararse con la gran saga de Kratos. Una lástima.




    el 29.01.14

 

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